Si bien los inviernos son cada vez más cortos, cuando el frio llega, muchas de nuestras plantas necesitan mayor protección.
No sucede tanto en las grandes ciudades ya que es más fácil tener las plantas al reparo, pero apenas nos alejamos un poco podemos ver cómo cambia el comportamiento de determinadas especies en los lugares en los que caen heladas. ¿Quién no recuerda a las abuelas tapando los malvones en julio para que no se quemen?
Para empezar recomendamos colocar siempre especies resistentes a la temperatura ambiente del lugar, aunque sabemos que en la práctica muchas veces esto no sucede. Por eso debemos estar atentos a las necesidades de las especies que elegimos tener en casa ya que, cuando no son aptas para ese lugar, requieren de nuestra ayuda, cuidado y protección.
Los daños que causan las bajas temperaturas no impactan únicamente en las plantas sino también en algunas macetas que pueden romperse debido a la presión que ejerce el agua congelada en los recipientes.
Entre las especies que se debilitan con heladas encontramos, por ejemplo, el Jazmín del cielo, el Malvón y la Santa Rita. Es por esto que, durante las estaciones más frías, las vemos tan distintas según el lugar geográfico en el que se encuentran.
Por suerte existen distintas formas de reducir el impacto que produce el frio. Si estamos atentos a las requerimientos de cada especie es muy simple protegerlas y lograr que lleguen divinas a su estación favorita, ¡La primavera!.
¿Cómo cuidar las plantas de heladas durante el invierno?
PROTEGER RAICES
Mantener las raíces cubiertas con la técnica del mulching o acolchado, lo que implica aplicar una cubierta protectora sobre el suelo. Se trata de abrigarlo y para ello se recurre a distintos materiales, orgánicos o inorgánicos, colocando una capa de entre 3 y 7 centímetros alrededor de la planta, cubriendo el área de las raíces.
Esta técnica protege a tu planta tanto de las heladas en invierno como de la evaporación de agua en verano, pero también las resguarda del posible ataque de las malas hierbas; además, aporta nutrientes a medida que se descompone, con lo cual mejora la calidad del suelo. Esta tarea se puede hacer tanto en otoño como en primavera.
El mulching puede ser de chips, de paja, de pasto, de corteza, turba o de lo que tengas a tu alcance. Si la planta está en maceta se puede colocar dentro de otra más grande y rellenar con paja, para amortiguar la temperatura del frio y evitar la rotura.
Para proteger las herbáceas de los fríos más intensos, si queremos evitar taparlas por la noche, podemos podarlas casi al ras, para que rebroten con fuerza en primavera.
RIEGO
Es conveniente regar en los momentos más cálidos del día sin mojar la planta, y lo ideal es entre las 10 y 11:30 AM. No es bueno realizarlo por la tarde, ya que al bajar la temperatura del día el agua se escarcha en la planta.
Para evitar el congelamiento del agua cerca de las raíces, se debe reducir el riego en invierno y procurar un buen drenaje, para que no se estanque el agua helada en las raíces.
La falta de agua, que se puede dar porque el suelo está constantemente helado da origen a las quemaduras por frio ya que la planta no puede absorber agua del suelo; es por eso que no debemos dejar de regar en otoño y cubrir el suelo para darle humedad durante el invierno.
CUBRIR EL ESPACIO AEREO
Existen diferentes estructuras en el mercado especialmente diseñadas para esta ocasión y algunas cubren con material trasparente, como cristales, para dejar pasar el sol durante el día.
Hay telas anti-heladas que son muy recomendables, pero también se puede cubrir con elementos que tengamos en casa, tales como un lienzo, lona, diario, arpillera, plásticos; incluso el plástico de burbuja que se utiliza para envolver objetos frágiles es muy recomendado por su propiedad aislante.
No debemos cubrir directamente sobre la planta, por eso es importante colocar una estructura para poder apoyar: puede ser un par de tutores más altos que la propia planta, sillas, caballetes, o lo que se nos ocurra que evite el contacto de la cobertura con la planta.
Debemos tener el hábito de retirar la cobertura durante el día.
Agrupar ejemplares cerca de una pared ayudará a taparlos más fácilmente evitando hacer esta tarea tan tediosa y además generamos un micro clima que ayuda a amortiguar nuestras plantas de las bajas temperaturas.