En De Raíz siempre que encontramos un buen dato corremos a compartirlo con vos. Sobre todo si se trata de un recurso efectivo para mantener el jardín y las plantas sanas y fuertes.
Por eso si nunca escuchaste hablar sobre el agua de lentejas, acá te contamos todo: por qué se volvió un boom en jardinería y cómo podés prepararla vos en tu casa para fortalecer y proteger tus plantas.
El agua de lentejas es un remedio natural y casero es cien por ciento perfecto para tu jardín y tus plantas.
Estas legumbres llevan el nombre científico de lens culinaris y son nativas del Medio Oriente. Pertenecen a la familia de las leguminosas y sus raíces tienen el poder de encerrar bacterias que las hacen capaz de absorber el nitrógeno ambiental y fijarlo en los suelos.
Y así como consumirlas aporta hierro, calcio, magnesio, potasio, fósforo, folato, proteína, zinc y vitaminas A y C, también tienen habilidades para mantener saludables a las plantas.
Por qué el agua de lentejas es un boom en jardinería
Las lentejas son semillas que tienen una gran cantidad de proteínas y las plantas saben muy bien cómo aprovechar esos nutrientes.
Como te contamos más arriba, poseen calcio, fósforo y zinc y las plantas son expertas en absorber todas estas proteínas, que les ayudan a crecer sanas y fuertes y, dependiendo la especie, a florecer.
Paso a paso: cómo hacer un fertilizante a base de lentejas
Lo ideal es utilizar las lentejas como fertilizante y aplicarlo con el agua de riego.
Ingredientes:
- 2 litros de agua
- 250 gramos de lentejas
- Pulverizador
- Licuadora
Procedimiento:
- Mezclá un litro de agua con las lentejas y licúa hasta que la consistencia quede en un líquido semiespeso.
- Cuando ya tengas tu mezcla licuada, colala y vacía el resultado en un recipiente para luego disolverlo en el litro de agua que tenés de sobra.
- Vacía tu agua de lentejas en el pulverizador para que la aplicación sea mucho más sencilla y, sobre todo, pueda esparcirse por toda tu planta.
- Vas a regar la tierra de cada una de tus plantas con el agua de lentejas. Eso sí, es súper importante que el agua esté dirigida únicamente al suelo y no a las hojas o flores.
Para obtener los mejores beneficios de las lentejas y que los resultados sean aún más positivos, podés repetir este procedimiento cada dos semanas.
Y después de cuatro semanas aproximadamente, te darás cuenta de que tus plantas se están poniendo mucho más lindas, sanas, fuertes y con flores más frondosas.