Estamos frente a una época bisagra en lo que a tareas de jardinería se refiere. Y es que el verano está llegando a su fin y arranca el otoño, lo que quiere decir que cambia la dinámica de los cuidados de todo el jardín (huerta, cultivos, riegos, etc.).
Ahora bien, hay que admitir que en toda esta “movida” del cambio de estación, casi siempre dejamos para lo último (o directamente nos olvidamos) del césped. Sin embargo, cuidar, mantener y preparar este manto verde es fundamental para que soporte las frías temperaturas del invierno y pueda volver a estar espléndido la próxima primavera. Así que a poner manos a la tierra ¡y a cuidar nuestro pasto!
Los cuidados del césped en otoño serán cruciales para que durante estos meses de transición al frío se recupere y se nutra.
Cómo cuidar el césped en otoño
1. Oxigenar
Para empezar a preparar nuestro césped para la llegada del invierno tenemos que comenzar permitiendo que se oxigene. En este sentido, retirar las hojas y las ramas que se hayan caído de los árboles es clave, ya que le daremos la capacidad de respirar mejor y de recibir más luz en esta estación que se avecina. Te recomendamos llevar a cabo esta tarea con un rastrillo.
2. Airear
Esta tarea implica realizar pequeñas incisiones verticales en el terreno de entre 7 y 10 centímetros. Gracias a ellas, el oxígeno llegará hasta las raíces del césped permitiéndoles tomar más nutrientes.
Además, el aireado es la mejor manera de romper la compactación del terreno en un momento del año que tiende precisamente a endurecerlo. Es importante entender que el agua invernal y el frío apelmazan el terreno, por lo que si antes de ese momento el suelo está más suelto, nuestro césped vivirá mejor ya que podrá absorber con más facilidad de la tierra suelta que de la tierra compacta.
3. Abono
Siguiendo con las ventajas del aireado del césped, gracias a esa tarea el fertilizante que apliquemos penetrará y nutrirá mejor las raíces. Se recomienda aplicar abono complejo de lenta liberación, que irá penetrando en el pasto de manera progresiva. Al estar mezclado con el sustrato nuevo hará que la cobertura sea mejor y la ración de nutrientes mayor (a esta suma se le llama recebado).
Un tip: como la intención de esta mezcla es que sea absorbida, nunca hay que cubrir el césped por completo sino sólo una ligera capa sobre él.
4. Resembrar
Con el terreno preparado, hay que aprovechar para resembrar y rellenar los espacios donde haya desaparecido parte del pasto o donde esté en mal estado.
En este punto, lo ideal es optar por césped repoblador de alta germinación. Para hacerlo, más allá de extender una capa gruesa sobre la zona afectada y compactarlo ligeramente, hay que regar de manera abundante durante, al menos, dos semanas (día sí, día no) para que enraíce correctamente. Es muy importante que este riego aproveche las buenas temperaturas medias del otoño, ya que de comenzar a bajar el termómetro tendremos que detenerlo.
5. Eliminar las malas hierbas y aplicar fungicida
Por último, es fundamental eliminar las malas hierbas ya que, durante los meses de invierno, gastan la energía y los nutrientes que nuestro césped tanto necesita. Más allá de arrancarlas de raíz, se recomienda aplicar un herbicida específico para evitar que rebroten en primavera.
Por otro lado, si se sospecha de hongos, hay que tratar con fungicida las manchas amarillas o pardas que aparezcan así no se extienden..
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