Fuimos invitadas a participar de uno de los talleres de técnicas de estampado botánico y bordado japonés, Hapa Zome y Sashiko, que dictan Karin Finkelstein y Romina Falcón en el Museo de Arte Popular de la ciudad de Buenos Aires.
“Este es un taller con mucha convocatoria. Creo que es porque nos gusta mucho darlo”, coinciden Romina y Karin, expertas en estas técnicas que, con mucho amor y dedicación, comparten con cada una de las participantes de cada jornada.
Teñido con hojas y flores
Romi nos enseña todos los detalles de la estampación botánica, de la técnica Hapa Zome o Tataki Zome, que consiste en imprimir los pigmentos naturales de las flores y plantas en papel o en tela.
“Es una técnica creativa y de experimentación. Cada una arma su diseño con colores y dibujos”, explica Romi, y asegura: “Experimentamos y vemos qué sucede, nos sacamos dudas, vamos probando diferentes telas y diferentes plantas. Hay plantas que tienen más pigmentos que otras y el tipo de telas también es importante: si son de fibras naturales o sintéticas”.
Sobre una tela o papel colocamos las flores y plantas elegidas, las cubrimos con una lámina de acetato, y –¡acá empezaba la parte terapéutica! – golpeamos el diseño con un martillo. De esta manera, con golpecitos firmes, flores y hojas impulsan sus pigmentos naturales al papel o a la tela. Es una técnica natural, no se utilizan químicos, y deriva de la técnica ecoprint.
Mientras martillamos, el ambiente se inunda con el aroma de las flores y las hojas.
“No es lo mismo estampar sobre tela que sobre papel. La tela chupa, en papel no. En el papel queda como una acuarela, como una mancha; se transfiere el color, el pigmento, y no la forma. En la tela pasa la forma”, indica Romi.
También nos enseña los diferentes tipos de tela -naturales o sintéticas- que podemos usar y cómo hacer la preparación de la misma: lavarla, secarla a la sombra, plancharla.
¿Qué es el Sashiko?
Si con el martillo descargamos, con el bordado relajamos… El bordado Sashiko es una técnica japonesa milenaria que nace como una manera de no desperdiciar nada, para no eliminar nada – antiguamente, usaban los hilos de la ropa que ya no podía ser reutilizada-.
“La idea es que cada puntada tenga el tamaño de un grano de arroz y el espacio que se deja entre una y otra sea el de un grano de arroz acostado. Se puede bordar en tela o papel”, dice Karin.
En el Sashiko “no se usa bastidor, y en un solo paso se dan más de una puntada. No se hacen nudos, ya que ellos cortan la energía; la primera puntada es con una doble”, explica Karin, y destaca que “los caminos de las puntadas no deben cruzarse”.
Además, cuenta que es una técnica muy mística. “Es un bordado pobre, donde no se desperdicia nada. Se empezó a usar como una manera de meditación también, porque te concentras mucho en el aquí y ahora, el punto siempre es el mismo”, asegura Karin.
¡Recomendamos!
El Museo de Arte Popular colecciona, investiga y promueve el arte popular, y está ubicado en la ciudad de Buenos Aires. Allí podrán encontrar muchas exposiciones, conocer sus colecciones, y participar de distintos cursos y talleres.
Romina Falcón, de @eco.kokedamas, dicta talleres de técnicas botánicas, y Karin Finkelstein, bordadora de @cosasueltas, además brinda cursos en su taller.