Un aspecto fundamental para el desarrollo y mantenimiento de cualquier jardín es el suelo. Y es que por más que parezca algo no tan importante, en él se encuentran todos los nutrientes vitales que las plantas necesitan para crecer y prosperar.
“El éxito de una planta depende 100% del suelo. Es importante en el nacimiento y crecimiento de la planta, ya que va a ser clave para el desarrollo radicular”, le contaba hace un tiempo al equipo de De Raíz, Marcelo Lazzarini de Terrafertil.
Sin embargo, es importante saber que no todos los suelos son iguales y existen diferentes tipos con características propias. En esta nota te contamos cuáles son algunos de ellos para aprendas a identificarlos, y puedas tener un jardín espléndido en cualquier estación del año.
4 tipos de suelos
- Arcillosos
Los suelos arcillosos suelen ser uno de los más difíciles de cultivar porque drenan mal y dejan pasar poco aire. Al estar compuesto principalmente por partículas de arcilla, tiende a retener agua y puede volverse muy compacto cuando está mojado. En este sentido, la humedad le hace perder homogeneidad y la sequedad le produce dureza. Si bien son ricos en nutrientes, puede necesitar enmiendas para mejorar su estructura y drenaje. Para identificarlo hay que observar que una muestra resulta ser muy resbaladiza y brillante cuando se le aprieta con los dedos.
- Arenosos
Los suelos arenosos drenan muy bien y ofrecen aire a las raíces de las plantas. Son fáciles de cultivar pero se suelen secar demasiado rápido y los nutrientes se escapan con más rapidez, lo que puede requerir una mayor fertilización y riego frecuente. Para identificarlo hay que comprobar que, cuando se apriete con los dedos, se sientan sus partículas ásperas.
- Calcáreos
Los calcáreos son suelos minerales con un alto contenido de cal, cuya formación ha estado condicionada por el clima. Puede ser alcalino, por lo que es idóneo para plantas que prefieren un pH alcalino. Para identificarlo hay que prestar atención a su textura, que tiene que ser suelta y arenosa. Para mejorar su calidad se recomienda agregar materia orgánica como compost.
- Orgánicos
Los suelos orgánicos, como su nombre lo indica, se componen principalmente de materia orgánica descompuesta, como hojas y restos de plantas. Es súper fértil y retiene muy bien la humedad. Este es el idóneo para todo tipo de plantas, y es el más indicado para macetas. Para mantener la fertilidad del suelo se recomienda abonar con compost regularmente.