Pocas cosas son tan inspiradoras como ver un buen antes y después. Por eso en De Raíz seleccionamos la increíble transformación de esta terraza, que logró fusionarse con el paisaje sin competir.
Qué fue lo que se hizo
La propuesta de las paisajistas Valentina Arraubarena y Sofía Blacker partió de la necesidad de optimizar el espacio, generando sectores que fuesen funcionales. Con la mirada puesta en las visuales hacia el Río de la Plata el diseño de plantación se baso en conectar el agua, el cielo y la terraza.
Para lograrlo, se utilizaron “grupos” y “bandas” de especies que se van cruzando entre los maceteros, que generan movimiento y reflejan los colores del agua (tonos celestes, grises y azulados), logrando una unión perfecta entre los diferentes elementos naturales del lugar.
También se eligieron especies de bajo mantenimiento que toleraran las restricciones de un piso 25, afectado principalmente por los fuertes vientos: Poa iridifolia, Plectranthus neochilus, Rosmarinus officinalis ‘Prostratus’ y Olea europea marcan quiebres en las tiras de macetas.
Por último, se apostó por un bloque de mampostería para generar una situación protegida de los vientos, y se aprovechó para colocar un jacuzzi. Ese muro se cubrió con una malla con Akebia quinata como trepadora. Los vidrios de seguridad se colocaron a 60 cm sobre la baranda perimetral, lo que ayuda a mitigar los fuertes vientos.