Una de las ONG ambientalista más antiguas de América Latina trabaja para proteger las aves silvestres y la naturaleza en Argentina. Poseen proyectos y acciones de conservación, investigación, educación y divulgación.
Qué lindo que es caminar viendo el mar o el agua correr de un arroyo… y más junto a la maravilla que son las aves, no? Pero qué horrible y doloroso es ver que, en muchos lugares, junto a ellas están los residuos de una mala práctica del ser humano que es tirar la basura donde no corresponde.
Me pregunté cuán mal estamos con respecto a las aves y lo que ingieren pensando que es comida, cuando en realidad es plástico. Buscando información encontré a la asociación Aves Argentinas, y ¡qué felicidad encontrarse con un staff de personas que ayudan!
Tuvimos la posibilidad de entrevistar a Juan José Bonanno, naturalista de campo, que desde hace 5 años forma parte de Aves Argentinas, donde actualmente coordina el Área Comunidad. Dentro de esta área funcionan los programas que vinculan a la Asociación con su comunidad de socios/as y donantes, por ej: la red de Clubes de Observadores de Aves (COA) que ya son más de 90 en todo el país, y el programa de voluntariado social, con más de 150 voluntarios/as.
-¿Como empieza Aves Argentinas?
–Aves Argentinas es la ONG ambientalista más antigua de América Latina, más 100 años de vida trabajando por la educación y conservación de la naturaleza argentina, haciendo hincapié en las aves. En sus comienzos era una institución netamente científica (Asociación Ornitológica del Plata era su nombre original), pero ya en ese momento se comprendía que la conservación de nuestras especies era una necesidad. Con los años, la institución logro federalizarse y – sin dejar de lado la ciencia – abrazar iniciativas de educación ambiental y participación ciudadana que hoy ya son parte de su esencia.
-¿Qué conciencia se tiene en Argentina sobre el cuidado de las aves?
–En Aves Argentinas estamos convencidos que la sociedad está atravesando un punto de inflexión en el que deja de darle la espalda a la naturaleza y comienza a reconectar con lo natural, sintiéndose nuevamente parte de los ambientes.
La observación de aves es una actividad sustentable y saludable que ha crecido muchísimo en todo el mundo en los últimos años, y nuestro país no ha sido la excepción. La enorme variedad de ambientes de Argentina hace posible que más de 1000 especies diferentes de aves lo habiten, y muchas de ellas sólo viven aquí. También, muchas de ellas se encuentran amenazadas de extinción. La pérdida de hábitat (desmonte, monocultivos, contaminación), la introducción de especies exóticas invasoras (visón americano, estornino pinto, etc) y el tráfico ilegal de fauna silvestre son algunas de las causas. Y en los últimos años han comenzado a percibirse como tales.
-¿Qué proyectos de ayuda están en marcha?
–Aves Argentinas tiene más de 30 iniciativas diferentes de conservación en el territorio. Y a eso hay que sumar la propuesta educativa de la Escuela Argentina de Naturalistas y las acciones concretas realizadas en todo el país por los Clubes de Observadores de Aves, que van desde actividades de observación de aves gratuitas y abiertas a la comunidad hasta la gestión de áreas protegidas.
Desde Aves Argentinas contribuimos a la conservación de hábitats; identificando, monitoreando y restaurando áreas importantes para la conservación de las aves. Protegemos sitios y promovemos el cuidado de estas áreas claves para la biodiversidad, impulsando políticas públicas y generando reservas urbanas y Parques Nacionales. Llevamos adelante proyectos de conservación de ambientes en la Patagonia, el bosque atlántico y las pampas.
Trabajamos para prevenir la extinción de especies, mejorar la situación de conservación de las aves amenazadas y evitar que se incrementen las especies en peligro en nuestro país. En los últimos años hemos trabajado activamente en la conservación de especies amenazadas como el aguilucho langostero, el yetapá de collar, el macá tobiano, el tordo amarillo, el albatros de ceja negra y el cardenal amarillo, entre otras.
También fomentamos el turismo de naturaleza como impulsor de desarrollo de economías regionales a través de una actividad amigable con el ambiente y trabajamos en la implementación de prácticas productivas más amigables con la naturaleza como la ganadería sustentable de pastizal o métodos para mitigar el impacto de las pesquerías en las aves marinas, a través de iniciativas como la Alianza del Pastizal y el Albatross Task Force, respectivamente.
Todos nuestros proyectos de conservación incorporan los componentes de educación, divulgación e investigación con fuerte hincapié en las relaciones con los pobladores locales.
-Muchos hemos visto vídeos de aves ingestadas con plástico: ¿cuál es el nivel de gravedad que existe en esto? ¿pasa constantemente, poco, mucho?
–Es una amenaza real, y tristemente frecuente. Y no sólo en aves sino en todos los vertebrados que habitan los ambientes costeros. Por mencionar solo un ejemplo concreto: el monofilamento utilizado por los pescadores recreativos es fuerte, duradero y casi invisible. Esas mismas características hacen que sea muy peligroso para la vida silvestre. Se han reportado incidentes de enredo e ingestión en 267 especies en todo el mundo, incluyendo el 43% de los mamíferos marinos, el 44% de las aves marinas y el 86% de las tortugas marinas.
En Argentina, una de las especies afectadas es la gaviota cangrejera. Esta gaviota es un visitante habitual de las playas y acompaña frecuentemente a los pescadores deportivos. Por su bajo tamaño poblacional, su restringida distribución y las amenazas para su conservación, esta gaviota ha sido listado como casi amenazada por la UICN/BirdLife y en el Apéndice I de la Convención de Especies Migratorias. Esta especie está amenazada, entre otras cosas, por la pesca recreativa. Esta interacción incluye el contacto y el enredo con artes de pesca (especialmente
monofilamento) abandonados en la playa. Entre 2004 y 2008, un total de 56 individuos de diferentes clases de edad fueron encontrados muertos o heridos como consecuencia de la interacción con la pesquería recreacional.
Algunos datos para tener en cuenta sobre la problemática de las colillas de cigarillos
El 75% de las personas piensan que la colilla está hecha de papel o algodón, pero la verdad es que los filtros están hechos de plástico y no son biodegradables. Debemos detener el arrojar colillas de cigarrillos al suelo o en alcantarillas. ¡Las colillas de cigarrillos pertenecen a una papelera!
Las colillas son la basura más común recogida durante las acciones del Día Mundial de Limpieza. Hoy en día se producen 18 mil millones de cigarrillos. De ellos, se estima que 12 mil millones de colillas terminan en la naturaleza. Los filtros de cigarrillos están hechos de plástico, realmente no se biodegradan, y con los productos químicos en ellos también contaminan el medio ambiente. 12 mil millones de contaminadores son liberados a la naturaleza todos los días.
Los desechos de colillas de cigarrillos no solo son desagradables, sino que, cuando se ingieren, pueden ser peligrosos para la salud de humanos y animales. Las colillas de cigarrillos se desechan comúnmente en playas, aceras, calles, parques y muchos otros lugares públicos donde los niños, los animales domésticos y la vida silvestre pueden estar expuestos al riesgo de ingestión; los niños también pueden acceder a ellos desde los ceniceros en casa, en automóviles o en lugares públicos. Cuando los fumadores los descartan descuidadamente, los transportan desde alcantarillas pluviales y playas hasta arroyos y vías fluviales que conducen directamente al medio acuático. Los bebés, así como muchas criaturas marinas, pájaros y mascotas son comedores indiscriminados de basura plástica, incluidas las colillas de cigarrillos. Es posible que los animales no puedan regurgitar tales artículos, y algunos adquieren bezoares gastrointestinales que pueden conducir a una falsa sensación de saciedad y posterior desnutrición.
-¿Qué soluciones hay? ¿es posible una solución?
–La educación es fundamental. Las comunidades deben comprender el daño que causan los plásticos y los gobiernos deben acompañar con ordenanzas y leyes que regulen (o prohíban, de ser necesario) el uso de plásticos de un sólo uso y faciliten la separación de la basura.
Con respecto a los monofilamentos, desde Aves Argentinas desarrollamos el primer programa de recuperación y reciclaje de líneas de monofilamento en la provincia de Buenos Aires y su constitución en tres sitios costeros clave. Los sitios para el programa fueron seleccionados porque son zonas con alta actividad de pesca recreativa y con la presencia regular de Gaviotas Cangrejeras. Rompeolas, muelles y puertos serán los principales lugares donde se ubicarán los contenedores de reciclaje. Estos sitios preliminares son Necochea, Mar Chiquita y Mar del Plata, con la intención de incluir en el corto plazo San Blas y Bahía Blanca y luego extenderlo a todo sitio susceptible.
Algunos datos para tener en cuenta sobre la problemática de los plásticos de un solo uso
Producimos 300 millones de toneladas de plástico cada año en todo el mundo, la mitad de la cual es para artículos de un solo uso. Eso es casi equivalente al peso de toda la población humana. Reducir el uso de plástico es el medio más efectivo para evitar este desperdicio. Llevar bolsas reutilizables es una excelente manera de evitar los plásticos de un solo uso en nuestra vida cotidiana.
Desde la década de 1950, se han producido 8.300 mil millones de toneladas métricas de plásticos y la mitad de esa cifra en los últimos 15 años.
Pero un 91 por ciento de todo el plástico no se recicla en absoluto. En cambio, termina en vertederos o en el medio ambiente. En 2015, los investigadores de la Universidad de Georgia estimaron que anualmente entre 4.8 millones y 12.7 millones de toneladas métricas de plástico llegan a los océanos a través de personas que viven a menos de 30 millas de la costa.
Los animales marinos llevan la carga de esta afluencia de basura en sus hábitats. Se han encontrado ballenas varadas con estómagos llenos de basura plástica. Estudios recientes encontraron plástico en el intestino del 90 por ciento de las aves marinas y en el 100 por ciento de las tortugas analizadas. De manera alarmante, los científicos estiman que habrá más plástico que peces en el océano en 2050. No solo se estima que el plástico mata a millones de animales y aves marinas cada año, sino que también contamina los mariscos en los que los humanos han confiado durante milenios, particularmente con microplásticos en los intestinos de los animales.
¿Cómo actúa el Estado y el ambiente privado en esta causa?
–El Estado debe actuar por medio de la aprobación de ordenanzas, y un trabajo integrado desde Nación para el tratamiento de lso RSU (GIRSU por ejemplo). Desde las ONG el trabajo es incansable, moviendo de hecho muchas ordenanzas existentes en todo el territorio nacional.
-¿Qué puede hacer uno desde su lugar para colaborar con esta causa?
–Tomar conciencia es el primer gran paso. Todos podemos ser agentes del cambio en nuestras familias y comunidades simplemente actuando responsablemente. Desde Aves Argentinas alentamos a todos y todas a sumarse a nuestra ONG como socios/as o voluntarios/as para educar y conservar nuestro patrimonio natural. Diferentes clubes de observadores de aves en localidades de nuestro país están impulsando ordenanzas municipales que prohíben el uso de plásticos de un solo uso y promueven el uso responsable de los residuos y por consiguiente protegen la fauna y los ambientes nativos.
Fuente: Lic. Mauro Borsella: papers sobre la problemática de las colillas, conseguidas dentro de Let´s Do It World, provistas por Elsevier como recurso informático.