El mundo de la gastronomía está en constante evolución y cada vez surgen nuevas propuestas que abandonan los convencionalismos y abrazan la diversidad de innumerables formas. En este contexto, las flores aparecen como protagonistas inesperadas para adornar, alegrar y saborizar diferentes comidas. Sin dudas se trata de una propuesta que cada vez suma más fanáticos, no solo en locales gastronómicos, sino también desde la comodidad de casa.
Flores comestibles: las nuevas reinas de la gastronomía
Siempre cultivadas sin pesticidas ni químicos, las flores comestibles nos regalan nuevos sabores, olores y texturas. Y sumarlas le puede dar a nuestros platos un goce estético diferente y muy elevado.
Con colores y aromas de lo más variados, desafían la creatividad en la cocina y usan tanto en ensaladas frescas como en postres y entradas. Eso sí: no todas las flores son comestibles y la seguridad es fundamental.
Entre las aptas se encuentran: geranio, caléndula, calabaza, violeta, begonia, jazmín, lavanda, rosa, taco de reina, borraja, copete, caléndula, tomillo, ciboulette, albahaca e hibisco. Cada flor tiene su belleza y su característica peculiar.
Tips para sumar flores comestibles a nuestros platos
- Para flores frescas: cosechar, lavar y refrigerar en un recipiente hermético con una servilleta para retener humedad. Duran entre 5 a 7 días.
- Secado de flores: colocar los pétalos en una bandeja forrada con papel y mover diariamente durante una semana. Almacenar en n frasco hermético y lejos de la luz.
Si te quedaste con ganas de saber más sobre las flor comestibles, te dejamos esta nota con algunas ideas para dar el puntapié inicial: click acá 🙂
Fotos: Google