Sorpresa! De un día para otro, muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano se llenaron de hormigas voladoras. Aunque parezca salido de una película de ciencia ficción, es un fenómeno completamente natural que pasa todos los años. Así que tranqui que estas hormigas simplemente están en su “momento de reproducción”. Ahora bien, ¿Qué hacemos con ellas? Acá te contamos todo lo que necesitas saber para controlarlas.
¿Por qué aparecen las hormigas voladoras?
Estas hormigas no son una nueva especie ni sufrieron alguna mutación loca. Simplemente son las mismas de siempre en su “fase alada”, un período clave para garantizar la continuidad de su especie. Los machos y las futuras reinas salen a volar sincronizados para reproducirse. ¿El final del ciclo? Los machos mueren después cumplir su misión y las reinas vuelven al suelo para formar nuevas colonias.
Tips para controlarlas
1. Ataque con cebo tóxico
Usá hormiguicidas granulados que contienen un insecticida y algo dulce que las atraiga (como una golosina mortal para ellas). Colocalos cerca de los caminos de hormigas para que ellas mismas los lleven al hormiguero. Una vez dentro, problema resuelto!
2. Opciones más naturales
Si preferís evitar los químicos, podés inclinarte por cebos tóxicos orgánicos, hechos con arroz, jugo de naranja en polvo y un toque de sulfato de cobre. Las hormigas se lo llevarán encantadas al hormiguero. Allí, el calor y la falta de oxígeno fermentarán el arroz, generando alcohol que mate los hongos de los que se alimentan: sin hongos, sin hormigas!
3. Levadura mágica
También podés localizar la entrada del hormiguero y preparar una mezcla semilíquida con levadura y azúcar. Vas a volcar la mezcla en la boca del nido. Las levaduras compiten con los hongos por el espacio y, al quedarse sin alimento, las hormigas no sobreviven.
4. Limpieza estratégica
Mantené tu casa y jardín libres de restos de comida y basura. Estos insectos son fanáticos de los lugares con miguitas fáciles de encontrar. Un ambiente limpio es un imán menos para ellas.
Importante: identificá al “enemigo”
No todas las hormigas son dañinas. Las cortadoras (las que hacen estragos en plantas) tienen hormigueros subterráneos, mientras que las carniceras (esas coloradas que no tocan tus plantas) hacen montículos por encima del suelo. Si no estás seguro, mirá antes de actuar.
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