En pocas palabras, la agroecología es un sistema agrícola que tiene como objetivo diseñar una agricultura sustentable, biodiversa y socialmente justa.
Considerada como una agricultura de procesos, tiene como uno de sus principales objetivos alcanzar la soberanía alimentaria. Para lograrlo, lleva adelante agroecosistemas productivos diversos y resilientes que democraticen las formas de producción de los alimentos a través de alianzas solidarias entre productores y consumidores.
La agroecología es, ante todo, un movimiento social que propone alternativas a muchas de las técnicas aplicadas por la agricultura convencional (uso indiscriminado de agroquímicos, monocultivo, labranza intensiva del suelo, manipulación genética comercial, etc.).
Algunos de los principios que se utilizan como guía de los planes de acción agroecológicos son: trabajar en pro de la sustentabilidad, cuidado de la biodiversidad y lo recursos naturales, defensa del trabajo digno y el respeto por los derechos humanos, la solidaridad, la participación y la soberanía alimentaria,
Los fundamentos del movimiento agroecológico convocan a repensar la producción, el consumo y la gestión de residuos en busca de soluciones más equitativas y sustentables a largo plazo.
La agricultura ecológica asegura alimentos sanos, protege el suelo, el agua y el clima, no contamina, ni daña la biodiversidad con el uso de agrotóxicos ni transgénicos. Cuida a la gente, desde agricultores hasta consumidores, y permite el desarrollo de las comunidades y la soberanía alimentaria.
Los 10 lineamientos básicos de la agroecología, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
1. Diversidad
Los sistemas agroecológicos favorecen la diversidad de especies y además conservan y mejoran los recursos naturales. Incrementar la biodiversidad contribuye a una serie de beneficios de producción, socioeconómicos, nutricionales y ambientales.
A escala mundial, tres cultivos de cereales proporcionan casi el 50% de todas las calorías consumidas, mientras que la diversidad genética de cultivos, ganado, animales acuáticos y árboles sigue perdiéndose rápidamente. En este sentido, la agroecología puede invertir estas tendencias al gestionar y conservar la agrobiodiversidad.
2. Creación conjunta e intercambio de conocimientos
A través del proceso de creación conjunta, la agroecología combina los conocimientos tradicionales y autóctonos, los prácticos de los productos y comerciantes, y los científicos mundiales.
3. Sinergia
Crear sinergias potencia las principales funciones de los sistemas alimentarios, lo que favorece la producción y múltiples servicios ecosistémicos.
4. Eficiencia
Las prácticas agroecológicas innovadoras producen más utilizando menos recursos externos. Así, lo sistemas agroecológicos mejoran el uso de los recursos naturales, en especial de los abundantes y gratuitos, como la radiación solar y el carbono y nitrógeno de la atmósfera.
5. Reciclaje
El desperdicio es un concepto humano: en los ecosistemas naturales no existe. Reciclar más significa una producción agrícola con menos costos económicos y ambientales. El reciclaje de nutrientes, biomasa y agua reduce considerablemente los gastos de manutención del sistema, ya que minimiza el desperdicio y la contaminación.
6. Resiliencia
Mejorar la resiliencia de las personas, las comunidades y los ecosistemas es fundamental para lograr sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles. Los sistemas agroecológicos diversificados son más resilientes, ya que tienen una mayor capacidad para recuperarse de las perturbaciones, en particular de fenómenos meteorológicos extremos como la sequía, las inundaciones o los huracanes, y para resistir el ataque a las plagas y enfermedades.
7. Valores humanos y sociales
La agroecología hace especial hincapié en los valores humanos y sociales, tales como la dignidad, la equidad, la inclusión y la justicia. Propone abordar las desigualdades de género mediante la creación de oportunidades para las mujeres. A escala mundial, las mujeres constituyen casi la mitad de la fuerza de trabajo agrícola.
8. Cultura y tradiciones alimentarias
Mediante el apoyo a unas dietas saludables, diversificadas y culturalmente apropiadas, la agroecología contribuye a la seguridad alimentaria y nutrición al tiempo que mantiene la salud de las personas.
9. Gobernanza responsable
La agroecología depende del acceso equitativo a la tierra y los recursos naturales: es clave para la justicia social, pero también para incentivar las inversiones que deben realizarse a largo plazo para proteger los suelos, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
Para lograr una alimentación y una agricultura sostenible, es necesario adoptar mecanismos de gobernanza responsables y eficaces a diferentes escalas, de la local a la nacional y la mundial.
10. Economía circular y solidaria
La agroecología busca volver a conectar a productores y consumidores a través de una economía circular y solidaria en la que se dé prioridad a los mercados locales y se apoye el desarrollo económico local creando vínculos virtuosos.
Reformular los sistemas alimentarios sobre la base de los principios de la economía circular puede ayudar a hacer frente al desafío del desperdicio mundial de alimentaos al acortar las cadenas de valor de los alimentos y aumentar la eficiencia en el uso de los recursos.
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