Si hay una planta que tiene ese toque único, capaz de convertirse en la reina absoluta del espacio, esa es la Santa Rita (Bougainvillea glabra). ¿El secreto para que luzca increíble? Acá te lo contamos de la mano de la dueña del Vivero Marisel.
Variedades y floración de la Santa Rita
La Santa Rita tiene diferentes variedades, pero la que encontramos en Vivero Marisel es de flores simples. ¿Qué significa esto? Que su flor es un poco más chica, pero a cambio nos regala una floración más prolongada. Y si buscás una opción aún más compacta y con muchas flores, podés optar por un topiario.
Ahora bien, ¿qué es un topario? Si alguna vez viste una Santa Rita con forma de arbolito, eso es topiario. “Es un arte de poda que se usa para darle forma a la planta, manteniéndola tupida y con una copa bien redondita. Se logra con podas frecuentes. Cada vez que aparezcan brotes muy largos, hay que recortarlos para que la planta mantenga su estructura”, nos explicó Marisel.
Ubicación: la clave del éxito para tener una Santa Rita impecable
Si querés que tu Santa Rita florezca a pleno, ponela en un lugar con mucho sol. “Sin sol, no hay flores”, nos aseguró la experta. Así de simple. Es una planta que ama la luz y la necesita para crecer fuerte y vibrante.
Riego: menos es más
A diferencia de otras plantas que necesitan agua constante, la Santa Rita se banca sin agua. “Si la regás demasiado, podés generarle problemas. Lo ideal es mantener un riego medido“, agregó Marisel.
Raíces y espacio: un punto clave
Dato importante: la Santa Rita no tiene muchas raíces. Esto significa que hay que tener cuidado con su estabilidad, porque si el viento sopla fuerte o si no está bien agarrada, puede quebrarse y caer. Por eso, lo mejor es plantarla en un espacio grande y amplio, o bien ir podándola regularmente para que no se vuelva invasiva.
FICHA BOTÁNICA
Familia: Nyctaginaceae.
Origen: Brasil.
Nombre científico: Bougainvillea glabra.
Nombres comunes: Santa Rita, Flor de papel, Bungavilla.
Características: arbusto apoyante trepador, perennifolio y espinoso.
Característica principal: su intensa floración. Si bien usualmente es de un fuerte color magenta, también puede ser blanco, amarillo, naranja, rosado o rojo, según la variedad.
Tamaño: gracias a sus ramas vigorosas puede alcanzar 8 metros.
Floración: primavera y verano.
Luz: pleno sol, pero cuando la planta es joven, se recomienda resguardarla de las corrientes fuertes de aire debido a que es nativa de zonas templadas y no resistirá temperaturas muy bajas.
Riego: moderado, evitando siempre los encharcamientos. Lo ideal es hacerlo una o dos veces por semana, evitando mojar sus hojas.
Temperatura: como es muy sensible al frío, se recomienda colocarla en zonas que den al norte o noreste y en el invierno cubrirla con arpillera o tela apta para protegerla de las heladas. Las temperaturas ideales oscilan entre los 16 ºC y los 32 ºC.
Sustrato: agradece un suelo fértil y no tolera aquellos que sean calcáreos.
Fertilizante: una vez al mes, se recomienda regar con fertilizantes líquidos.
Poda: las ramas quemadas o dañadas por las heladas deben podarse con la llegada de la primavera y es principalmente por una cuestión de mantenimiento.
Reproducción: a partir de plantines, por medio de gajos o esquejes.
Plagas y enfermedades: sensible al ataque de pulgones, ácaros, cochinillas, mosca blanca y avispas. Se deberán contrarrestar con insecticidas específicos.
Fotos: Pinterest