Armar una huerta es un viaje hermoso (¡ y de ida): plantar, ver crecer, cuidar con cariño. Pero cuando se acerca el final del ciclo, aparece LA duda del momento: ¿y ahora?, ¿esto ya está para cosechar o me estoy apurando?
Tranqui. Acá te dejamos una guía bien práctica para que sepas cuándo llegó el momento de levantar tus frutos (sin mandarte ninguna).


Cómo saber si tu siembra está lista para cosechar
Lo primero: no todo se cosecha igual
Cada cultivo tiene sus tiempos, señales y ritmos. No es lo mismo una lechuga que una zanahoria, ni una aromática que un tomate. Por eso, lo más importante es que observes, huelas, toques… ¡y te animes a aprender de tu huerta!
Frutas y verduras: señales infalibles
- Tomates: cuando están bien rojos (o del color que corresponda según la variedad), blanditos al tacto y se despegan fácil del tallo, ¡es hora! Si los dejás mucho, se pasan o los atacan los bichos.
- Zanahorias: asomate un poco a la tierra y espiá el diámetro. Si mide más de 1,5 cm y tiene un color naranja intenso, podés probar sacarla.
- Pimientos: igual que los tomates, cuando tienen su color final (rojo, amarillo, morrón) y están firmes, ya están.
- Zapallitos y zucchinis: se cosechan cuando están medianos, ni muy chicos ni gigantes. Si esperás mucho, se endurecen y pierden sabor.
- Lechuga y acelga: no hace falta sacar toda la planta. Podés ir cortando las hojas externas cuando estén grandes. Así sigue creciendo y cosechás por más tiempo.
- Frutillas: bien rojas, brillantes y con aroma intenso. Si están blancas o verdes, les falta. Si están opacas o blanditas… te pasaste.
- Papas: cuando la planta que está arriba se empieza a secar. Ahí sí: es momento de levantar con cuidado y disfrutar el tesoro.
Aromáticas: cosechar sin matar
El truco está en cortar lo que necesitás, pero sin llevarte la planta puesta.
- Albahaca: cortá siempre las puntas y flores para que rebrote con fuerza.
- Menta y orégano: podá cada tanto para estimular su crecimiento.
- Romero y tomillo: andá sacando ramitas según necesites, pero sin pelarla entera.
Pro tip: las mejores horas para cosechar aromáticas son a la mañana temprano o al atardecer, cuando los aceites esenciales están más concentrados.


El tiempo importa (pero no lo es todo)
Si bien cada planta tiene un ciclo estimado (por ejemplo, la rúcula suele estar lista a las 4-5 semanas), el clima, el riego, la exposición al sol y el tipo de suelo pueden acelerar o atrasar todo. Por eso, más allá del calendario, lo que manda es la observación.
Tres claves finales para no fallar:
- Tocá y observá: los frutos listos para cosechar suelen tener colores intensos, se desprenden fácil y tienen buen aroma.
- Probá con una unidad: si no estás seguro, sacá uno solo y fijate cómo está por dentro.
- No todo es al mismo tiempo: en una misma planta, puede haber frutos listos y otros que todavía no. ¡Cosechá por etapas!
Fotos: Pinterest.