En De Raíz visitamos un invernadero hidropónico de frutillas que inauguró en la ciudad de Lima, Provincia de Buenos Aires. La hidroponia es un método de cultivo de plantas que en lugar de tierra utiliza únicamente soluciones acuosas con nutrientes químicos disueltos, o con sustratos estériles para soportar la raíz de las plantas, y tiene sus beneficios: reduce costos de producción, ahorra el uso de agua, permite el uso de materiales reciclados, ayuda a obtener alimentos para autoconsumo y mejora la economía familiar y la calidad de vida de las personas.
La responsable detrás de semejante proyecto es la compañía ADBlick, la cual tiene por objetivo generar oportunidades para que pequeños inversores puedan acceder a negocios agropecuarios de gran escala, como es el caso de este invernadero hidropónico, el cual acusa ser “el más grande de Argentina”. Tiene 1, 44 hectáreas (14.400 m2), y unas 270.000 plantas de frutilla en donde se destaca la tecnología de cultivo: un sistema oscilante y automatizado, que permite subir y bajar las diferentes hileras de frutillas (celosías), de modo tal de poder aumentar la producción por unidad de superficie.
Luego de dos años de trabajo y de una inversión inicial de un millón y medio de dólares, las frutillas vieron luz comercial bajo la marca Zempre. En De Raíz quisimos saber más del proyecto y entender sobre todo, porqué es mejor comer frutillas hidropónicas que las tradicionales. Allí nos recibió Federico Mouso, ingeniero industrial a cargo del proyecto hidropónico, y en cinco preguntas resolvió todas las dudas.
¿Por qué apostaron a las frutillas?
-Elegimos las frutillas por varios motivos; el primero era el económico. Hicimos varios estudios de mercado y descubrimos que en Argentina se consume aproximadamente un kilo de este producto, por persona, por año. En otros países como Estados Unidos esta cantidad alcanza los 4 o 5 kilos. Entendemos que en este sentido hay lugar para hacer crecer el mercado en el mercado interno. A su vez, hay un gran potencial para exportarlas por las ventajas que tiene la hidroponía en cuanto a calidad y ciclo de vida en góndola.
Otro de los motivos de haberlas elegido es porque estas encabezan el famoso ranking Dirty Dozen 2019 de los Estados Unidos, que evalúa el uso de pesticidas en distintos productos y es cierto que estas siempre acarrean muchas trazas de pesticidas y agroquímicos en los estudios, pero con esta forma de cultivo hidropónica los reducimos muchísimo. En nuestro plan de negocios hablamos de una reducción del 80% de los agroquímicos en general y se está cumpliendo. Los herbicidas están completamente suprimidos y los fungicidas los reducimos en un 60%. De esta manera, se tiene un cultivo muchísimo más sano y con una mejor calidad, textura y buen sabor y color.
¿Cuál es la principal diferencia entre el cultivo hidropónico y el tradicional y en qué se benefician los consumidores al comer una frutilla Zempre?
-La principal diferencia es la tecnología aplicada, el control de condiciones ambientales, algo más complicado de llevar a cabo en el campo y el empleo de la nutrición; es decir, en el invernadero controlamos los nutrientes que aportamos en cada uno de los riesgos, mientras que en el cultivo tradicional los nutrientes están en el suelo. A su vez, gracias a estas ventajas tenemos ese ahorro de fertilizantes, agroquímicos y herbicidas del que hablaba antes; eso se debe a que al ser un cultivo sin suelo, no usamos herbicidas porque no competimos con otras malezas. También usamos menos insecticidas porque nuestro invernadero aísla a las plantas del ambiente, entonces tenemos mallas, a través de las cuales no entran insectos, o bien ingresan muy pocos y se combaten rápidamente. No es como el campo en el que puede llegar cualquier plaga y en cualquier momento.
Para ello se trabajó en conjunto con New Growing System (NGS), una empresa española que se dedica exclusivamente al desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de cultivos. A su vez, desde sus comienzos, el proyecto cuenta con un comité asesor compuesto por profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que aportan sus conocimientos para poner a punto el sustrato en el que crecen las frutillas.
Tenemos hasta una estación meteorológica que permite automatizar la apertura y cierre de ventanas que protege al invernadero de posibles tormentas o vientos fuertes, pero también mide temperatura, humedad, radiación, dirección y velocidad del viento. Y una de sus innovaciones es contar con una computadora de riego que brinda información en torno al PH, conductividad eléctrica y los consumos de nutrientes en cada uno de los riegos. Toda esta información permite gestionar de modo inteligente el cultivo.
¿Cómo miden el ahorro del riego en este sistema?
-El ahorro del agua de riego y los fertilizantes tiene mucho que ver con que el sistema es recirculante; además aplicamos la solución nutritiva dentro del mismo sistema de riego; tenemos colectores al final de cada multibanda, que llamamos la cañería de drenaje, la cual básicamente recolecta el agua con la que acabamos de regar. Eso nos permite un recupero del recurso hídrico, ya que las plantas solo consumen el agua que absorben. Ese riego es medido a través de 8 puntos de control que se distribuyen en el invernadero, los cuales nos dan información en cada uno de los riegos. Si nosotros regáramos directo sobre la tierra esa agua se filtraría y se perdería.
¿Cómo es esa tecnología oscilante que los caracteriza?
-El sistema oscilante nos permite tener alta densidad de plantación ya que nos da la posibilidad de trabajar en distintas alturas. Disponemos de varias celosías dispuestas una al lado de la otra. De este modo, a través de un motor, podemos bajar la mitad de las celosías y subir la otra mitad y cuando queremos que las plantas tomen sol las ponemos todas a la misma altura y de esa manera no compiten. Así podemos tener 190.000 plantas por hectárea mientras que a campo no se suelen tener más de 60.000 plantas por hectárea. Esta ventaja de concentración se traduce en ahorro de tierra, es decir ocupamos menos espacio para producir lo mismo y a su vez tenemos producción durante todo el año. Otra ventaja es que al estar el invernadero cerca de los centros de consumo, apuntamos al Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), podemos entregar la fruta en el mismo día o al día siguiente, con lo cual llegamos muy rápido a nuestros clientes y tenemos la posibilidad de cosechar la fruta a último momento y más rápido de lo que se puede hacer en Coronda, Santa Fe o en Tucumán que es donde se concentra su producción. Por otro lado contamos con una planta de frío para el empaque, lo que también ayuda mucho a la durabilidad del producto.
¿Dónde se pueden adquirir estas frutillas y a qué precio aproximado?
-Estamos en muchas tiendas boutique y en verdulerías premium. Nos buscan mucho en el nicho orgánico porque la verdad es que las diferencias en salud y sabor respecto de las frutillas convencionales son notables. Y encontramos cada vez más demanda. Ya pudimos entrar también en algunos supermercados como Walmart y estamos por cerrar un acuerdo con La Anónima. También nos pueden encontrar en Capital Federal, en el barrio chino en Belgrano, en Villa Urquiza, y también en zona norte Gran Buenos Aires, San Isidro, Pilar y Haedo. El precio es muy fluctuante y depende de cuánto remarquen nuestros clientes. Hoy el kilo de frutilla tradicional se consigue entre $200 y $300 y nuestro producto puede costar alrededor de $300 o $400 en esta época del año. Es un poco más caro que la frutilla tradicional pero la diferencia en calidad es notable. Todo depende del lugar y la calidad, aunque hay que tener en cuenta que en invierno los precios son más elevados.
En resumen, estas son algunas ventajas del sistema hidropónico en frutillas:
🍓Utiliza 90% menos de agua – sistema de producción sustentable
🍓Minimiza el uso de agroquímicos (elimina el bromuro de metilo)
🍓Ofrece producción cercana a los mercados, reduciendo la huella de carbono
🍓Obtiene rindes hasta 10 veces mayores que la agricultura tradicional
🍓Minimiza el riesgo productivo, con el control de las variables de crecimiento
🍓Mayor calidad y uniformidad de la producción
🍓Crecimiento más rápido por la atmósfera controlada y la dosificación de nutrientes
🍓Permite la automatización y robotización de procesos