La poda es una tarea muy importante dentro de cualquier jardín o parque y su función precisamente es la de rejuvenecer la planta. El equipo De Raíz estuvo este mes en El Rosedal de Palermo, para ver cómo es el proceso de poda de las rosas, la cual se realiza cada año en el mes de julio, para que las plantas florezcan con más fuerza y vigor en la primavera.
“Tratamos de sacarles todas esas ramas viejas para que así la planta pueda crecer con más energía y pueda brotar desde la corona y así emitir ramas nuevas que son las que darán mayor calidad de floración”, dijo Federico Serraino, encargado de mantenimiento de El Rosedal de Palermo.
Otro aspecto clave, según Serraino, es que la poda de formación en la planta sea como la de un vaso, con las ramas equidistantes y lo más abiertas posible para que, una vez que la planta empiece a brotar, no haya tanto cruzamiento de ramas y se produzca una buena oxigenación que evite problemas de sanidad con enfermedades.
Para realizar la poda, Serraino informó que se utilizan tres tipos de herramienta: una tijera de mano que se utiliza para ramas mas pequeñas; tijerones de mano que se emplean para ramas más grandes que requieren más fuerza y el serrucho zapallero que sirve para cortar ramas leñosas y, al ser una herramienta más pequeña, permite adentrarse en la planta y manipular mejor algunos cortes.
Una vez realizada la labor de la poda, hay un proceso clave que es la desinfección de las herramientas empleadas para lo cual se emplea una solución de lavandina diluida en agua, de modo tal de poder evitar el contagio o transmisión de enfermedades de una planta a otra.
El Rosedal alberga unas 8.000 rosas de 93 especies diferentes y tiene una extensión de 4 hectáreas. El acceso al mismo es libre y gratuito, y está ubicado sobre la Av. Presidente Pedro Montt. Todos los días, atrae a turistas extranjeros y vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, quienes recorren sus senderos, caminando entre los rosales de distintas tonalidades, para luego cruzar el lago a través del famoso puente blanco.
Me encantaría poder tener un gajo del Rosedal!