Más conocida en redes sociales como la Jardinera Científica, esta genetista de profesión y jardinera autogestionada -tal como ella se define- comparte con sus seguidores muchas curiosidades científicas del jardín.
En el living de su casa, armada casi íntegramente con sus propias manos y gratamente rodeada por su jardín, Dalila nos cuenta cómo surge su amor por la jardinería. “Mi abuela era súper dedo verde”, dice sonriendo y contando que “tenía plantas típicas de abuelas, como malvón y violetas”. También su mamá tenía una huerta y un jardín con flores, al cual Dalila lo dió vuelta mil veces cuando vivían juntas.
Desde que era una niña, Dalila se lo pasaba atrás de su abuela, y recuerda que “tenía una camellia japónica con la que preparaba tinturas y perfumes”.
Cuando llegó el momento de decidir qué carrera estudiar, se inclinó por la química biológica: “Esto de descubrir cuáles son las bases de la vida es maravilloso”, explica. Luego de ver algunas opciones terminó eligiendo la Licenciatura en Genética, “es algo bien molecular, nada de campo, nada de jardinería, pero es maravilloso lo que se logra”. Hoy trabaja en microbiología agrícola, en la parte de investigación de una empresa privada.
Pero, por otro lado, en el mundo de la jardinería se formó de manera autodidacta al principio, leyendo muchos libros, y luego estudiando tecnicaturas, y haciendo talleres y cursos.
Entonces, si bien su historia con la jardinería comienza en el de su abuela y en el de su mamá, cuando tuvo su propio espacio fue en un jardín que estuvo abandonado varios años, y que ella pudo transformar con mucha dedicación y trabajo. Dalila recuerda en qué estado estaba este gran espacio grande, totalmente invadido… y sonríe al contar que al comenzar a limpiar se encontró con una camellia japónica, como la que tenía su abuela.
Y si queres descubrir y recorrer su jardín, mira la nota acá: